Natalia Vélez es una ecuatoriana 100% Colombiana. En 1986 nació en Guayaquil y a los 8 meses, sus padres, tomaron la decisión de irse a vivir a Medellín. Más paisa que los fríjoles.

En un mundo donde se piensa que para ser modelo se tuvo que haber sido reina primero, su caso es diferente. Su entrada al mundo de las pasarelas fue algo que se dio, como diría Roberto Gómez Bolaños, “sin querer queriendo”. Un día decidió ayudar a una amiga de su mamá con un comercial. Ahí se quedó.

Egresada de la Eafit como Ingeniera de Diseño de Producto, ha tenido una vida exitosa. No solo el modelaje le sonríe. En su profesión también ha logrado escalar bien alto: es directora del Departamento de Eco-diseño de G.A.I.A., una compañía que brinda servicios ambientales.

Esa fue otra meta cumplida. En el modelaje, sus triunfos han sido mayores. Gutiérrez Vélez, la modelo nacida en Ecuador y criada en Colombia dio un gran paso. Su salto al mundo de las pasarelas internacionales se da este año de la mano de la empresa registradora de dominios de Internet y de alojamiento web, GoDaddy.CO, que la contrata para sus anuncios en el evento del Super Bowl. Nada más ni nada menos.

Además, es imagen de la lencería Bésame y se convirtió, sin duda alguna, en un referente del modelaje mundial. Su belleza latina, mezclada con la elegancia de la mujer europea le permitió estar en el selecto grupo de las modelos más cotizadas.

Ahora, con 26 años, amante de toda la música menos la ranchera, y una carrera promisoria en las pasarelas de todo el planeta, tiene su agenda totalmente copada. Grandes compañías hacen parte de su hoja de vida, impecable y envidiable para cualquier modelo. Avon, Americanino, Bésame, CO, Coca-Cola, Go Daddy, Pantene, Pepsi, Samsung y una extensa cantidad de empresas han tenido la imagen de la modelo. Sin embargo, independiente de la cantidad de ofertas tiene algo claro: “nunca posará totalmente desnuda”.

La fórmula del éxito no existe. Sin embargo, para ella, su eje para triunfar, además de su familia que siempre la ha apoyado en todos sus proyectos, es su inamovible disciplina. Estricta consigo misma desde que tiene uso de razón. A raíz de esto, a los 13 años, el mundo del modelaje le abrió las puertas. Ella sola, año tras año, creció y se ha ganado su puesto a pulso.

Vélez, amante del deporte, ha indicado varias veces que parte de su crecimiento, según ella, está en el trabajo fuerte. Es por eso que desde temprana edad ha mezclado el modelaje con el estudio. A ratos, confiesa, que lo difícil es cuando tiene que viajar a otras ciudades y en ocasiones se atrasa en su estudio. Este, apenas, es un pequeño capítulo del gran libro que está por escribir.